La modernización y el mejoramiento de los sistemas de rentas sigue siendo un desafío en Latinoamérica, las declaraciones de impuestos sobre la renta electrónica mejoran significativamente las operaciones fiscales y tributarias de todas las economías, pero en esta región el tiempo que las empresas destinan para realizar sus cumplimientos fiscales sigue siendo una tarea compleja.

Pese a las dificultades tecnológicas que enfrentan algunos países de Latinoamérica, los trámites y los aranceles por concepto de impuestos varían en relación a cada nación. Las corporaciones sudamericanas, por ejemplo, tributan alrededor de una media del 27,54% en contraste con el 19,99% en Europa.

En América Latina las empresas claman sistemas fiscales más justos, mientras los gobiernos impulsan planes para luchar contra la evasión fiscal, hacer que las empresas paguen en los países donde hacen negocios en lugar de que sus capitales vayan a parar en paraísos fiscales, promoviendo un sistema tributario que favorezca la inversión.

Hablemos de la tributación directa de las empresas sobre las ganancias obtenidas durante un ejercicio fiscal, el Impuesto Sobre la Renta, veamos cómo estos funcionan en diferentes economías de Latinoamérica.

Colombia

Colombia, tras la reforma tributaria de 2018-2019 fomentó medidas para reducir la tasa del Impuesto Sobre la Renta de las empresas al 30% en 2022, equiparándose así, a las tasas de Argentina, México, Nicaragua, Costa Rica y El Salvador.

Uruguay y otros países

Uruguay grava el beneficio de las empresas en un 25% mientras que Chile, Bolivia, Ecuador, Guatemala, Panamá y Perú en un 29,5%. Por otro lado, Brasil y Venezuela tienen gravámenes corporativos de un 34%, ambos ubicándose con la tasa más alta del mundo según la Tax Foundation. Con respecto a Paraguay, la región grava a sus empresas un 10%.

Los impuestos federales dependen en gran medida de diferentes factores: el país, la razón social de la empresa, la inversión y las ganancias. En México, por ejemplo, el Impuesto Sobre la Renta (ISR), el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el IEPS son los más importantes. En Chile, nos encontramos con dos tipos de tributos: directos e indirectos; en los primeros, se encuentra el Impuesto a la Renta de Primera Categoría que grava las rentas que provienen del capital de empresas industriales, comerciales, de servicios, entre otros. Y en los tributos indirectos está el Impuesto a las Ventas y Servicios (IVA).

Brasil

Por otra parte, Brasil “el Gigante de Sudamérica”, presume como el cuarto país en el mundo con la mayor entrada de inversión extranjera directa (IED). La nación carioca cuenta con convenios de doble imposición, el Impuesto sobre la Renta de las Sociedades (IRPJ) y la Contribución Social sobre la Renta Neta (CSLL), entre otros. El régimen fiscal que se aplica a las empresas dependerá de los beneficios anuales que estas obtengan.

Organismos como OCDE, CIAT, BID y CEPAL presentan datos estadísticos sobre el comportamiento tributario en Latinoamérica, razón por la cual compartimos esta publicación sobre “Los incentivos fiscales a las empresas en América Latina y el Caribe” de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/44787/1/S1900605_es.pdf

América Latina lucha por reducir los niveles de desigualdad, la alta inflación y la corrupción desmedida que ha mermado la confianza de los inversionistas. Pero también se enfoca en atraer la inversión extranjera directa (IED) con políticas en materia tributaria, ya que ostenta la más elevada TTCR (Tasa total de impuestos y contribuciones).